Una de las conclusiones más preocupantes del estudio que acaba de realizar la consultora medioambiental Duna Consultores es que los fondos de la bahía perderán la totalidad de las comunidades vegetales que pueblan la mitad norte y central en un periodo de unos veinte años. Esto acabará afectando también a los fondos de la mitad sur, donde, de persistir los fondeos incontrolados, se verá también muy reducida la extensión de praderas de Posidonia oceánica y otras plantas muy valiosas, como la Cymodocea nodosa, que contribuyen a la calidad de las playas de esta parte de la bahía.
El estado de las aguas de baño en las playas de la parte sur de la bahía, sobre todo las más interiores, como es Pouet, S’Arenal o S’Estanyol, sin duda se resentirá por el proceso de deterioro general de los fondos. Solo si se detienen los principales impactos que actualmente deterioran los fondos de la bahía la situación puede ser reversible:
- El mal funcionamiento del colector, de las estaciones de impulsión (EBARs), la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) y el emisario.
- La resuspensión de los fondos provocada por los grandes buques en sus maniobras de atraque y desatraque en el muelle comercial.
- La velocidad de entrada y salida al puerto de las embarcaciones de recreo.
- Los fondeos ilegales con bloque de hormigón y/o cadena al fondo.
- Los fondeos con ancla sobre posidonia.
Como punto final de este inquietante informe, que ha rebasado de largo las perspectivas más pesimistas sobre el estado actual de los fondos marinos y las comunidades vegetales del interior de la bahía, un debate que no admite medias tintas. ¿Queremos una bahía con un puerto comercial o un entorno turístico de sol y playa con aguas de calidad y orillas atractivas para visitantes y residentes?
El informe establece, sin género de dudas, que ambas actividades son ya incompatibles. Si no se opta por una opción específica, la degradación medioambiental y la pérdida de la posidonia lo hará por nosotros. Y además ocurrirá en poco tiempo.
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