Somos muchos los vecinos que estos días tenemos la sensación de que se ha perdido una oportunidad para afianzar el futuro de la bahía de Portmany y de las personas que vivimos y trabajamos en ella.
No entendemos la decisión de volver a abrir el puerto. La gran mayoría de las fuerzas políticas, empresariales y sociales de las dos poblaciones que comparten la bahía dijeron claramente “NO” a los ferris. Lo aprobaron en pleno los dos ayuntamientos: Sant Antoni de Portmany, primero, y Sant Josep de sa Talaia, después. La gran mayoría del sector hotelero de la bahía también se opuso a la vuelta de grandes embarcaciones, al igual que la restauración, el sector de la náutica de recreo, los empresarios de Cala de Bou, cofradía de pescadores, los grupos ecologistas y tantas personas de ambos municipios, que nos han manifestado su apoyo para que los ferris dejaran definitivamente el puerto.
La preocupación por la protección y la sostenibilidad ambiental de la bahía no es una cuestión de importancia menor. La costa de la bahía de Portmany es un espacio natural singular muy frágil y hemos de ser conscientes de que es nuestro principal activo turístico.
En estos dos últimos años, debido a la situación de pandemia, a la moratoria de ferris y a los esfuerzos de los dos ayuntamientos por limpiar los fondos, la bahía ha experimentado un resurgir: el agua está más limpia que nunca, la biodiversidad ha aflorado y empieza a recordar tiempos de antaño.
Animamos a todos los habitantes de la isla y en especial a los de Sant Antoni y Sant Josep, a que se den un paseo por s’Arenal, es Pouet, s’Estanyol o es Pinet y comprueben por sí mismos la claridad del agua; que se bañen y buceen entre la posidonia. Descubrirán una imagen muy diferente a la que se ha vivido en los últimos años.
Este proceso de recuperación se verá interrumpido con la llegada de los ferris, que volverán a levantar los fangos del fondo y los empujarán hacia el sur, tapando y matando la posidonia que aún nos queda, ensuciando las playas y enturbiando las aguas del interior de la bahía. Los coches volverán a colapsar la salida del pueblo de Sant Antoni, con el ruido de cláxones y motores, sin aportar nada a los negocios de la población. Los socorristas de las playas volverán a hacer uso de sus silbatos, pidiendo a los turistas que salgan del agua, varias veces al día, por el peligro que entraña el fuerte oleaje que generan los ferris al pasar….
Pero una vez tomada la decisión por parte del Govern Balear y a pesar de que no hemos alcanzado el objetivo de evitar su regreso, seguiremos trabajando por la mejora medioambiental la bahía, abiertos al diálogo, esforzándonos en crear puntos de encuentro y cauces de comunicación entre todas las instituciones con competencias en la bahía y su entorno, al objeto de unificar acciones y conseguir avances.
Pensamos que es importante que en el acuerdo aprobado por el Consejo de Administración de Ports IB se reconozca que la bahía es el principal atractivo de los municipios de Sant Antoni y Sant Josep, su gran potencial para desarrollar actividades para turistas y residentes, los esfuerzos realizados por los ayuntamientos para recuperar y proteger los activos naturales, que la bahía es el pulmón económico de la zona y que la sociedad quiere preservar el carácter principalmente turístico y recreativo del puerto y de la propia bahía.
También que se realicen propuestas concretas de mejora ambiental como la reducción en la eslora de los ferris, el programa de vigilancia periódica de la calidad de las aguas, la realización de un plan de vigilancia de la posidonia, el desarrollo de campañas de concienciación sobre fondeos, vertidos y malas praxis, así como la regulación de las zonas de fondeo en la totalidad de la bahía.
Incluso se puede ir a más y Ports IB podría poner en marcha en la bahía un proyecto de monitorización y replantación de la posidonia como ha hecho en otras zonas de Baleares, además de establecer sinergias con la Consellería de Medi Ambient (Ibanat) para conseguir recursos y tener un mejor control ambiental en la zona. La bahía tiene entidad natural para la creación de un centro de interpretación de las reservas naturales des Vedrà, es Vedranell i els Illots de Ponent, ponerlas en valor y atraer al turismo de naturaleza.
Nuestro cometido ahora es colaborar y dialogar, pero también hacer un estricto seguimiento de que las propuestas prometidas se cumplen en tiempo y forma, además de estar alerta y documentar cuáles siguen siendo los efectos reales que provocan los ferris sobre los fondos, la posidonia, el oleaje en las playas o el colapso viario en el puerto.
Todavía queda mucho camino por recorrer. Existen otros impactos sobre la bahía que tenemos que resolver entre todos, como, por ejemplo, mantenerla limpia de estructuras de fondeo, concienciar a los navegantes de la importancia de no fondear sobre posidonia, evitar los vertidos desde las embarcaciones y vigilar que los chárter ilegales no tomen los muelles de las golondrinas como base de operaciones. Respecto a otro problema histórico de la bahía, el de los vertidos provocados por el emisario de la depuradora o los aliviaderos de las estaciones de bombeo de aguas residuales (EBAR), desde Salvem sa Badia ya hemos iniciado contactos con las administraciones competentes para estudiar posibles soluciones a este problema.
Entre todos debemos seguir trabajando para conseguir mayor equilibrio, respeto, sostenibilidad y convivencia en la bahía, haciendo de ella un enclave en el que tengan cabida residentes, turistas y empresas, junto con la preservación de nuestro patrimonio natural, que representa nuestro presente y nuestro futuro.
Pepín Valdés
Portavoz de la iniciativa popular ‘Salvem sa Badia de Portmany’