Este nuevo vídeo de la serie que forma parte del documental ‘Portmany, una bahía amenazada’ está dedicado a cómo los ferris dañan a la Posidonia y otras plantas, como la Cymodocea, que están convirtiendo en un desierto de lodo todo el entorno del puerto de comercial, que cada vez se expande más.
La incidencia de los ferris compone uno de los tres factores que afectan y aceleran la desaparición de pradera de posidonia, junto con los vertidos de aguas sin depurar y el fondeo ilegal. Es un factor extraordinariamente preocupante, ya que el último estudio realizado sobre los fondos de la bahía revela que además se retroalimenta y se expande a toda la zona. Se trata de la remoción de fangos y lodos del fondo, a causa del tráfico marítimo.
El efecto es especialmente dañino en el caso de los grandes ferris, que por su mayor calado y la presión que generan durante las maniobras de atraque, erosionan directamente el fondo y provocan una resuspensión de lodos que acaba sepultando la vegetación marina. A causa de la falta de luz, las raíces se acaban debilitando y la planta muere. La zona donde hay más Posidonia en regresión o muerta es, precisamente, el muelle comercial y su entorno.
El tamaño de los barcos que han llegado en los últimos años no tiene nada que ver con los de antes, mucho más pequeños. Estos buques comerciales, de 90 y 100 metros de eslora, con motores de más de 36.000 caballos de potencia, realizan la maniobra de atraque en una zona donde la profundidad máxima es de 8 metros. Esta acción supone una remoción intensa de los fondos, que incrementa la turbidez del agua y expande los materiales suspendidos cada vez más lejos, hasta alcanzar las playas. Un fenómeno medioambientalmente terrible, que está acelerando intensamente el ciclo de degradación del fondo marino de la bahía.
Si trazamos un rumbo submarino, siguiendo la trayectoria de los ferris, en su aproximación al faro rojo del dique, contemplamos praderas de posidonia de baja densidad, para a continuación divisar una franja donde se aprecian matas de posidonia semienterrada, para finalmente penetrar en una zona completamente desértica donde se divisan surcos en el fondo, entre estructuras formadas por las raíces de la pradera de Posidonia que un día existió en toda esta zona de maniobra. En su lugar, metros y metros de fango y lodos, un erial sin vegetación donde apenas perdura alguna mata de posidonia semienterrada.
Es más, si analizamos la cartografía de la bahía de Portmany realizada en 2008 por el Ministerio de Medio Ambiente y la superponemos con la cartografía resultante del estudio, podemos visualizar el área de la zona donde la Posidonia ha sido eliminada. Un área que equivale a más de 45.000 metros cuadrados.
A continuación, ofrecemos la versión completa del documental, de 16 minutos de duración.