Tras la polémica suscitada por la venta de billetes por parte de la compañía Balearia para una supuesta nueva línea Denia-Sant Antoni este verano que aún no ha sido aprobada, el presidente del Consell Insular d’Eivissa, Vicent Marí, respondió ayer con contundencia, indicando que dicha línea no está en su hoja de ruta y lamentó la forma de actuar de la naviera. Su reacción, bajo el punto de vista de Salvem sa Badia, le honra porque aporta coherencia al sinsentido que se ha producido hasta la fecha y pone los puntos sobre las íes.
Las palabras exactas del presidente del Consell, que fueron remitidas a los medios de comunicación desde el departamento de prensa de esta institución mediante un corte de voz que no deja margen a la duda, fueron las siguientes: “He de manifestar mi sorpresa por este anuncio que ha hecho Balearia de abrir una ruta en los meses centrales de la temporada. Aparte de sorpresa, hay que manifestar el malestar [generado] porque creo que no es la manera de actuar. Se tendría que haber informado tanto al Consell como al Ayuntamiento y plantear esta posibilidad”.
El presidente añadió: “Quiero recordar que el Consell Insular está trabajando en una iniciativa legislativa para regular la llegada de vehículos en determinados momentos del año, sobre todo en los meses centrales de la temporada. Por lo tanto, que ahora se anuncien rutas sin haberse consensuado con el Ayuntamiento de Sant Antoni, el Consell y tampoco con Ports de les Illes Balears, creo que es una forma precipitada de hacer las cosas”.
Vicent Marí hizo estas declaraciones tras convocar a su despacho al alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, para abordar la noticia de la venta de billetes por parte de Balearia. Tras el encuentro, Serra también manifestó que la iniciativa de Balearia se ha hecho sin consultar a las instituciones involucradas y también expresó su “malestar” por la situación generada, aunque lo hizo de una forma mucho menos contundente que el presidente del Consell.
Para Salvem sa Badia, las palabras de Vicent Marí introducen una nueva derivada que hasta ahora no había estado presente en el debate y que va más allá de la limitación de los metros de eslora o las consecuencias ambientales y de seguridad que pueda implicar el regreso de rutas comerciales con ferris al puerto de Sant Antoni. Vicent Marí ha aludido al trabajo que se está desarrollando para sacar adelante una iniciativa legislativa que regule el desembarco de vehículos en determinados momentos del año, que sin duda constituye algo totalmente contradictorio con el establecimiento de nuevas líneas. Éstas, obviamente, se traducirían en un incremento en la llegada de vehículos a la isla en los meses fuertes de la temporada, cuando las infraestructuras viarias ya registran elevados niveles de saturación.
Desde que Ports IB y el Ayuntamiento de Sant Antoni han vuelto a avivar el debate sobre el regreso de los ferris a Sant Antoni, las palabras del presidente del Consell son, para Salvem sa Badia, la primera muestra de coherencia registrada hasta el momento por parte de un representante institucional de peso.
Cabe recordar que Salvem sa Badia solicitó por escrito tanto al Ayuntamiento de Sant Antoni como a Ports IB, el mes pasado, que se aclaren cuáles son los supuestos beneficios que barajan para justificar la reactivación del tráfico comercial de ferris en el puerto de Sant Antoni, más allá de los intereses particulares de esta compañía de transporte marítimo. Se pidió, además, que dichos argumentos se acompañaran de datos objetivos que pudiesen sustentarlos. Sin embargo, de momento no se ha producido ninguna respuesta.
Aun así, el jueves, la naviera Balearia se puso a comercializar a través de su canal online billetes de la línea Denia-Sant Antoni, a pesar de que aún no cuenta con la preceptiva autorización para ello. Tras la publicación de la noticia, la naviera tuvo que retirar de la web estos billetes, y ahora sólo cabe esperar que reciba las oportunas sanciones que le correspondan, por comercializar un producto no autorizado con base en un puerto público.
Balearia, además, ha elegido la peor solución posible para tratar de volver a operar en el puerto de Sant Antoni. La compañía ha solicitado realizar la línea con el ferri Cecilia Payne, que tiene 86 metros de eslora, lo que supone sobrepasar en un 32% las dimensiones máximas permitidas hasta la fecha por Ports IB (65 metros de eslora), y además hacerlo con un buque altamente contaminante. Dicha compañía tiene embarcaciones que sí se adaptan a las limitaciones actuales, como por ejemplo el ferri Nixe, que tiene 63 metros de eslora. También conviene recordar que, recientemente, ha incorporado embarcaciones menos contaminantes a su flota, con motores que funcionan con gas licuado. De esta forma, Balearia podría haber preparado una embarcación sostenible y que cumpliera con las medidas impuestas por Ports IB. En vez de eso, ha presentado la peor solución de entre todas las posibles y que en nada mejoraría la situación anterior, que ya ha provocado graves daños ecológicos en la pradera de posidonia, problemas de seguridad en el puerto y en las playas, conflictos de convivencia, saturación de tráfico, molestias de ruido, etcétera.