Un estudio realizado por una consultora ambiental independiente revela que la pradera de Posidonia situada en la zona de maniobras de los ferris en el puerto de Sant Antoni ha desaparecido por completo en doce años. Este trabajo también señala que el desierto de lodo que ahora existe en este tramo, antaño repleto de vegetación, se extiende a áreas cada vez más alejadas del muelle comercial, a causa de la remoción de sedimentos durante las maniobras de atraque y desatraque, que entierran las plantas.
Dicho informe establece que en los últimos doce años se han perdido 14 hectáreas de posidonia y además traza un mapa topográfico metro a metro de su vegetación submarina actual. También determina las causas que han provocado la pérdida de masa vegetal submarina en otras zonas de la bahía por causas distintas a los ferris, como el fondeo ilegal con muertos y cadenas o los vertidos de aguas sin depurar. El trabajo ha requerido de un laborioso proceso de investigación y observación directa por un equipo de científicos.
El informe refleja la situación de un área de 90 hectáreas que abarca todo el interior de la bahía hasta la línea recta que une el dique del puerto con el extremo sur de Punta Pinet. El equipo redactor determina que si no se acometen actuaciones que frenen el ciclo retroalimentado de sedimentación y resuspensión de partículas, así como otros factores que dañan la Posidonia, la bahía de Portmany perderá la práctica totalidad de sus comunidades vegetales en un periodo de unos veinte años. Si así ocurriera, la bahía evolucionaría a un hábitat oscuro y cenagoso similar al puerto de Ibiza, donde solo hay fangos y lodos.
La nueva topografía realizada en el transcurso de este trabajo se ha comparado con la que publicó en 2008 el Ministerio de Medio Ambiente, hoy llamado de Transición Ecológica, y que está recogida en la Infraestructura de Dades Espacials de les Illes Balears (IDEIB), que es la herramienta que hasta ahora se ha usado en varios estudios publicados, incluido el más reciente de Ports de les Illes Balears, que redactó una consultora del norte de la península.
Aquel informe afirmaba, sin haberse hecho ninguna comprobación in situ ni actualizar el mapa de 2008, que la Posidonia de la bahía se encontraba en buen estado y que la operatividad de los ferris no ha tenido consecuencias para esta valiosa planta. Ha sido, de hecho, la herramienta empleada por Ports IB para justificar una posible vuelta de los ferris a la bahía de Portmany. Sin embargo, este nuevo estudio demuestra con rotundidad el retroceso de la Posidonia y los graves daños que los ferris infligen a sus praderas, constituyendo un peligro inminente para la supervivencia de la bahía como entorno turístico.
Sus conclusiones obligan a reflexionar y a tomar decisiones: ¿Hay que mantener la viabilidad de las playas de la bahía como destino turístico y un equilibrio ambiental o, por el contrario, apostar por la actividad de un puerto comercial? Ambas cosas, según se deduce con claridad de las conclusiones a las que llegan los científicos que han participado en esta investigación, son incompatibles.
El estudio, titulado ‘Análisis y diagnóstico de las comunidades marinas de la bahía de Portmany’, ha sido realizado por Duna Consultores por encargado por el Club Nàutic Sant Antoni. Su elaboración es un requisito de la Comisión Balear de Medio Ambiente (Govern balear), dentro del contrato de explotación adjudicado desde 2015 al CNSA para gestionar el campo de fondeos ecológicos que hay en la bahía, como concesión administrativa de Ports de les Illes Balears (Ports IB). De esta forma, Es Nàutic está obligado cada cinco años a presentar una cartografía sobre el estado de conservación de la flora marina en la zona. El estudio ha sida compartido con distintas administraciones públicas, organizaciones ecologistas e iniciativas como Salvem Sa Badia de Portmany.
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