Todos los biólogos y expertos marinos coinciden: la Posidonia oceánica es uno de los mayores tesoros ecológicos que tenemos en Ibiza y en la propia bahía de Portmany donde, a pesar de que se ha visto reducida en los últimos años, sigue siendo muy abundante, especialmente en el lado sur de la bahía y fuera del puerto.
Una de las mayores amenazas que se ciernen sobre la posidonia es el fondeo de barcos recreativos, que lanzan sus anclas sobre ella provocando grandes calvas en las praderas, lo que impulsa la deforestación submarina. A ello se suman los vertidos contaminantes de las depuradoras y redes de saneamiento, que acaban sepultando y asfixiando a esta planta. En Sant Antoni es especialmente significativo el efecto provocado por los grandes ferris en las últimas décadas, que, con sus potentes motores, remueven constantemente los lodos, cubriendo cada vez mayor superficie de pradera.
Otro fenómeno que genera gran inquietud es el cambio climático, que está acelerando el calentamiento del mar y en concreto del Mediterráneo, donde las temperaturas comienzan a ser propias del Caribe. Cuando el agua sobrepasa los 28,5 grados, la mortalidad de la posidonia se dispara y en el Mediterráneo y en nuestras costas estos niveles se están superando constantemente.
Todos estos factores externos se han traducido en una reducción del tamaño de las praderas de entre el 10 y el 40% en los últimos sesenta años, según la zona. Pero, ¿por qué es imprescindible proteger la posidonia? Lo explicamos en seis razones:
1º) Es una planta endémica que solo vive en el Mar Mediterráneo. No existe en otro lugar del mundo y puede encontrarse con abundancia en enclaves como Sicilia, Chipre y el levante español, aunque las praderas más amplias se localizan entre Ibiza y Formentera. Se estima que en el Mediterráneo hay alrededor de 50.000 kilómetros cuadrados de posidonia.
2º) Una hectárea de posidonia genera el mismo oxígeno que 5 hectáreas de selva amazónica y algunos científicos extienden esta diferencia hasta las 15 hectáreas. Los bosques sumergidos del Mediterráneo, por tanto, ejercen una labor fundamental para que el planeta conserve su salud y de una forma más eficaz que los propios árboles, con la ventaja, además, que no se quema como sucede gravemente y a menudo en la selva tropical.
3º) Impulsa la biodiversidad, ya que en la posidonia viven más de 1.400 especies diferentes y además ejerce como refugio de numerosos microorganismos de gran valor ambiental.
4º) La posidonia secuestra el 10% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que generan las Illes Balears. De hecho, se estima que aporta buena parte del oxígeno que respiramos en el planeta.
5º) Protege las playas creando diques naturales submarinos y cuando muere, sus hojas se depositan en la orilla, tapando la arena e impidiendo que el oleaje se la lleve. Sin la posidonia las playas serían completamente distintas.
6º) Filtra las aguas dejando el mar transparente. Sin la posidonia, por tanto, no tendríamos estas orillas de aguas turquesas que constituyen nuestro mayor atractivo turístico, lo que afectaría sustancialmente a nuestra economía y forma de vida.