La plataforma Maltesa del Mar, que integran buzos profesionales, biólogos marinos y otros expertos, se creó como una organización sin ánimo de lucro con el objetivo localizar materiales pesados y fondeos ilegales en la costa ibicenca, aportar esta información a las instituciones competentes y colaborar en la retirada de dichos elementos. El pasado 29 de mayo, cuatro miembros de esta organización acudieron a Porroig para observar el estado del fondo marino, tras la retirada de muertos ilegales emprendida por el Ayuntamiento de Sant Josep en abril, y descubrieron que el fondeo irregular ha regresado a la cala.
Los voluntarios de Maltesa del Mar, según nos han explicado, se desplazaron a la zona por pura afición, con la intención de admirar la recuperación del fondo de una de las bahías más castigadas de la isla. No llevaban el equipo habitual que emplean en sus expediciones, ni tampoco botellas de buceo. Dos de ellos se limitaron a realizar una inmersión como cualquier otro bañista, haciendo apnea con unas gafas y un tubo respirador, señalizando su posición con una boya. A pesar de las expectativas iniciales, teniendo en cuenta que solo había transcurrido un mes desde la operación de limpieza del consistorio, los miembros de Maltesa del Mar certificaron que el fondeo ilegal ha vuelto a Porroig y que siguen existiendo muertos antiguos y se han instalado otros nuevos. Los chárters ilegales, además, siguen operando impunemente y utilizando los muelles de los varaderos para recoger y desembarcar pasajeros, víveres y basura, navegando sobre la pradera de posidonia que hay casi a ras de superficie, y que ya se encuentra muy castigada.
Comenzaron la inspección del fondo marino por la zona norte, pero cuando llevaban diez muertos contabilizados en esta parte, además de innumerable basura, como lonas, plásticos y hasta una embarcación hundida, apareció junto a ellos un individuo con una lancha, con el motor encendido, que se les arrimó y profirió amenazas, impidiéndoles continuar su labor. Incluso puso en peligro su vida, ya que está prohibido que las embarcaciones puedan acercarse tanto a los bañistas.
Tal y como consta en la denuncia interpuesta por Maltesa del Mar ante la Guardia Civil el pasado 2 de junio, el sujeto les interrogó en un tono bronco acerca de lo que estaban haciendo allí y les dijo que no podían permanecer en esa zona y que él era quien controlaba el lugar. Ante el peligro que suponían las hélices en marcha de la embarcación, los dos buceadores se pusieron a nadar hacia la orilla, mientras éste les seguía con el motor en marcha, intimidándoles y diciéndoles: “No quiero volver a veros por aquí. Tengo seguro, así que te paso por encima, te mato y no pasa nada”, se dice literalmente en la denuncia.
Ya fuera del agua, los dos nadadores se reunieron con otras dos personas de Maltesa del Mar que les esperaban en la orilla y el susodicho siguió increpándoles: “No podéis estar aquí, tenéis que tener permiso para hacer lo que estáis haciendo… Yo tengo una SL (empresa) y lo que hago es legal. Ibiza es muy pequeña y ya nos encontraremos. Ya sé quiénes sois. Vosotros no sabéis quién soy yo. Os vais a enterar. Estáis jugando con mi trabajo del cual depende la universidad de mi hijo”.
Este individuo siguió increpándoles e insultándoles, haciéndoles fotos y a una voluntaria incluso le propinó un empujón, según consta en la denuncia. Los cuatro voluntarios llamaron al 112, pero, ante la tardanza, decidieron marcharse para evitar un conflicto mayor.
Cabe recordar que un área amplia de la bahía, aferrada a todo el perímetro de la costa, se encuentra protegida y a la espera de que se balice para evitar fondeos. En la superficie restante, más al centro, está prevista la instalación de un campo de boyas ecológicas que debería terminar con lo que ha ocurrido hasta ahora.
En los últimos años, los medios de comunicación pitiusos se han hecho eco de la situación irregular de Porroig, donde esta misma persona se ha dedicado a instalar docenas de muertos por toda la bahía, tanto sobre arena como sobre posidonia, que alquila a embarcaciones que visitan la isla, de forma completamente ilegal, obteniendo un importante beneficio de varios miles de euros por temporada por cada punto de amarre. Este individuo también ha estado haciendo lo mismo en la bahía de Portmany e incluso maneja los muelles de los pescadores de Porroig como si fueran de su propiedad, impidiendo con amenazas a los chárters que no utilizan sus amarres, embarcar y desembarcar víveres y pasajeros.
Dicho sujeto también posee un desguace ilegal en suelo rústico, en la carretera de Cala Tarida, repleto de embarcaciones arruinadas, vehículos oxidados y toda clase de chatarra. En la actual versión de Google Maps se pueden contabilizar más de cien embarcaciones y coches. Ha recibido numerosas multas, se le han abierto expedientes y se le ha ordenado que retire de allí toda la chatarra, hasta el momento de manera infructuosa. En 2016 incluso accedió al desguace un operativo compuesto por efectivos de la Guardia Civil, de la Policía Local de Sant Josep y agentes de Medio Ambiente, detectando cuatro obuses de la Guerra Civil, que tuvieron que ser desarmados por los Tedax.
A pesar de todo esto, sus actividades ilegales siguen y continúa manejando Porroig como si fuera de su propiedad, decidiendo incluso quién puede y quién no puede bañarse en sus aguas.