La información obtenida a través del estudio topográfico de las comunidades vegetales de la bahía de Portmany, elaborado por la consultora ambiental Duna Consultores, indica claramente que la bahía de Portmany ha entrado en un ciclo retroalimentado de sedimentación y resuspensión de partículas finas de sedimentos. Este proceso dinámico, típicamente asociado a los usos portuarios en general, se halla agravado por los aportes de sedimentos de las escorrentías de pluviales del entorno urbano.
En síntesis, lo que determina el informe es que se produce un aumento de los sedimentos suspendidos en el agua, a causa principalmente de la entrada, salida y maniobra de los grandes ferris, así como por los aportes externos. Estos sedimentos transforman la vegetación marina, cambian la composición de las comunidades y, en las zonas más afectadas, eliminan la vegetación sepultándola bajo los sedimentos removidos.
Esta transformación del fondo marino produce un aumento de las partículas en suspensión, que retroalimentan el ciclo. A esto se añade el problema de los fondeos sobre vegetación marina y el del tráfico y maniobra de grandes embarcaciones comerciales, que contribuyen de forma importante a la destrucción directa de las comunidades bentónicas y al aumento de fondos susceptibles de producir más resuspensión de sedimentos, realimentando el ciclo de deterioro general de la bahía.
La parte más afectada por este proceso es la mitad norte, así como el canal central, superficies donde la turbidez del agua es prácticamente permanente salvo los días de más calma y menos tránsito marítimo. En esta mitad norte, la vegetación bentónica está desapareciendo, en un proceso de sustitución de comunidades más exigentes, como la Posidonia oceánica, por otras más adaptadas a la sedimentación (Caulerpa prolífera, Cymodocea nodosa, comunidades fotófilas), que finalmente también desaparecen para ceder el dominio a los bancos de arena fangosa.
Es muy llamativa la escasa, prácticamente nula, presencia de la especie Caulerpa prolifera, especie típica de entornos portuarios, muy abundante en la bahía a finales del siglo pasado, según los estudios del fondo marino que se realizaron para la remodelación del CNSA. La desaparición de esta especie no tiene una explicación lógica y debería ser motivo de estudio.
De la investigación realizada cabe extraer las siguientes conclusiones:
- En los últimos 20 años la bahía de Portmany ha sufrido una fuerte degradación de sus fondos, debido a un creciente proceso de sedimentación, y ha perdido en torno a un 50% de la vegetación bentónica que existía a finales del siglo pasado.
- La especie más afectada es, sin duda, la Posidonia oceánica, mucho más exigente en cuanto a calidad del agua y más afectada por la turbidez y la sedimentación.
- La zona en la que se ha detectado una mayor presencia de posidonia en regresión o muerte es la correspondiente al entorno del muelle comercial, donde maniobran los buques comerciales. En esta zona, comparando la cartografía obtenida con la realizada a principios de siglo, todo indica que se habrían destruido unas 4 ó 4,5 hectáreas de pradera.
- Existe una zona central-este de la bahía donde se aprecia el efecto sostenido de los fondeos incontrolados que han existido durante decenios. La antigua pradera de posidonia existente en esta zona ha desaparecido prácticamente por completo, sustituida por especies más resistentes.
- La pradera mejor conservada se encuentra en la parte suroeste de la bahía y continúa hacia el exterior en una extensa pradera de gran calidad ecológica.
- En la parte sur de la bahía, la creciente presencia de fondeos incontrolados, con ancla o con muertos y cadenas, está produciendo un deterioro severo de la pradera y de las comunidades fotófilas presentes en estos fondos, amenazando también la calidad de las aguas de las playas de este tramo de la bahía.
Recomendaciones para evitar que continúe el deterioro de la bahía
La parte final del estudio es fundamental porque ofrece una serie de recomendaciones para asegurar la conservación de la posidonia, imprescindible para el mantenimiento de las playas y la calidad del agua:
1º) Reducir al máximo el tráfico de embarcaciones de gran tamaño.
2º) Eliminar totalmente los fondeos incontrolados.
3º) Limitar al máximo la velocidad de las embarcaciones en el interior de la bahía. No solo de los ferris, sino de todas.
4º) Debe limitarse a solo la costa sur de la bahía la práctica de deportes que requieran motores y alta velocidad, como esquí acuático, motos acuáticas, etcétera.
5º) Debe realizarse un inventario y caracterización de vertidos a la bahía, identificando su naturaleza y procedencia, y aplicando las correspondientes medidas correctoras.
6º) Hay que afrontar cuanto antes la remodelación de la red de impulsión de aguas residuales, con nuevos aliviaderos que desemboquen fuera de la bahía.
7º) Instalar tanques de sedimentación en las principales salidas de pluviales urbanas que vierten a la bahía.
8º) Realizar una limpieza periódica de los torrentes.
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